Trabajadores de cuello blanco, columna vertebral y élites: Estas personas suelen estar ocupadas en el trabajo, no hacen ejercicio, tienen vidas irregulares y están sometidas a una gran presión. Vaporizarse en una sauna puede ayudarles a eliminar rápidamente la fatiga y a recuperar la fuerza física y la energía.
Pacientes con enfermedades crónicas: Para las personas con enfermedades crónicas, como reumatismo, artritis, dolor de espalda, etc., el vapor en una sauna puede aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
Mujeres amantes de la belleza: Cocer al vapor en una sauna puede ayudar a que la piel de las mujeres sea suave, delicada y elástica, y a retrasar el proceso de envejecimiento.
Aficionados al deporte: Vaporizarse en una sauna puede ayudar a los deportistas a mejorar su forma física, estabilizar su peso y mantener su figura.
Personas obesas: Cocer al vapor en una sauna ayuda a reducir y prevenir la obesidad, y es una forma cómoda y conveniente de perder peso.
Personas que no son adecuadas para las saunas ordinarias: Por ejemplo, los ancianos, los jóvenes, los débiles y los que están en período de recuperación de pacientes con enfermedades crónicas, el uso de las salas de terapia de ondas luminosas no les causará las molestias ni los peligros que pueden acarrear las saunas ordinarias.